lunes, 30 de agosto de 2010

Ni un poco puedo.


"Te odio porque a todas horas pienso en ti y tú ni siquiera me recuerdas. Te odio porque no puedo olvidarte y tú no demuestras amarme. Te odio porque mi alma se ha quedado vacía de tanto amarte. Te odio porque te miro y aún me sonrojo. Te odio porque vive en mí un deseo que tú no sientes. Te odio porque todo mi amor es sólo indiferencia para ti. Te odio porque ni una lágrima te mereces y por ti las he llorado todas. Te odio porque mi locura por ti se queda en amargura. Te odio porque para mi fuiste todo y para ti yo no fui nada. Te odio sobre todo porque, aunque lo desearía, ni odiarte un poco puedo."

Diez razones para odiarte

martes, 24 de agosto de 2010

Tardes de verano




Finalmente y después de varios minutos de indecisión, a las 21.38 decide coger el teléfono, marcar esos nueve dígitos que durante tantísimo tiempo se ha sabido de memoria y comprobar algo, pues a él siempre se le olvida y hoy no iba a ser menos.

- ¿Sí?
- No fuiste a la playa esta tarde.
- ¿Y cómo lo sabes?
- No lo sé, lo intuyo.
- Pues te estuve esperando.
- ¿Y cómo sé que no mientes?
- Si hubieses venido lo sabrías. ¿Sabes?, es pesado esperar...
- Ya claro, y lo dices tú, no sabes nada.
- Sí sé algo, sé que te quiero, hoy y siempre.

Y él cuelga, algo que a ella siempre le había molestado, pero hoy, en lugar de fruncir el ceño, su cara se ilumina con una bonita sonrisa que no puede borrar.